El Gobierno ha decidido que no va a haber debate sobre el estado de la nación en el Congreso de los Diputados. Dice que el presidente Rajoy tiene una agenda muy apretada y que no tiene tiempo para distracciones menores ocupado como está en salvar a España. Empezó hace años a no responder a preguntas de la prensa y ahora no considera necesario someterse al examen de la oposición parlamentaria. Es una deriva muy peligrosa esta que viene apuntando el Partido Popular. Nuestros problemas no vienen del exceso de política, como plantea la derecha, sino precisamente de los déficits democráticos de un sistema maniatado por la lógica perversa de los mercados descontrolados. La política, y no la mezquindad de la politiquería de bajos vuelos y corto alcance, está en el camino de las soluciones que precisamos. Si no somos conscientes de ello, así en la derecha como en la izquierda, vamos a terminar por liquidar nuestro bien más preciado: la democracia. Puede que el pánico y el desconcierto desdibujen entre parte de la ciudadanía el valor de lo político y de las instituciones democráticas. Pero es deleznable que quienes ejercen la responsabilidad de su ejercicio propicien su descrédito. Tal vez cuando termine la Eurocopa el presidente lo vea de otro modo.
Vídeo de ElConfidencialTV, publicado el 12 de mayo de 2011
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