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Londres, 2005
Placa en la casa que habitó la primera
parlamentaria del Reino Unido, Nancy Astor |
Esta semana hemos sabido que las ventas al por menor han tenido la mayor caída desde 2003. O que en marzo salieron de España más de 66.000 millones de euros, un máximo histórico que duplica el anterior récord. O que la prima de riesgo se ha instalado por encima de 500 puntos. O que el BCE considera que el Gobierno ha gestionado de la peor manera posible la crisis de Bankia. O que la bolsa se acerca a los niveles anteriores a la entrada del euro. No es hora de acordarse de Aznar recorriendo el mundo para acusar a Zapatero de ser la causa de todos los males. Ni de recordar el mantra de Rajoy: "yo traeré la confianza y salvaré a España". Ni siquiera de traer aquí el aserto impresentable de Montoro: "que caiga España, ya la levantaremos nosotros". No. Es tiempo de liderazgo, de convicción, de determinación. Es tiempo de verdad y de sinceridad. Se asunción de responsabilidades y de explicaciones. De complicidad con la sociedad, de escuchar, de dialogar. De esta no vamos a salir sin preservar nuestro estado del bienestar, que es nuestra principal ventaja competitiva (de España y de Europa) frente al resto del mundo. No vamos a salir sin garantizar formación pública y de calidad para afrontar los retos del nuevo tiempo. No vampos a salir con comportamientos caciquiles en la vida pública. No vamos a salir con menos democracia y con más desigualdad. La economía también depende de todo eso. Las cosas se pueden y se deben hacer de otra manera. Aquí y en el resto de Europa.
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