04 septiembre 2014

Milagro español: cobrar menos y pagar más

"La OCDE alerta de las penurias en los hogares de España por la bajada salarial". Así titula El País su información sobre el último análisis de esa organización respecto de las perspectivas de desarrollo de las principales economías mundiales. Los salarios de las trabajadoras y los trabajadores españoles han sido los que más han caído en Europa desde el comienzo de la crisis, excepción hecha de Grecia. Y eso, según los analistas del principal organismo de coordinación económica de los países desarrollados, es un lastre para la recuperación de nuestro país. Nada nuevo que no haya sido repetido hasta la saciedad por los sindicatos y la izquierda política en los últimos años. Porque una cosa es lo que avanzara Paul Krugman hace ya un quinquenio respecto de la necesaria devaluación interna (ajuste salarial) de las economías periféricas del euro para ganar en competitividad internacional y otra muy distinta es lo que ha ocurrido. En España la disminución del salario directo, de las nóminas (un 2 por ciento anual de media), se agrava dramáticamente con la precariedad de los contratos que consagra una temporalidad insostenible, con el incremento insultante de los costes energéticos y con un factor determinante: la liquidación en marcha del sistema público de bienestar, el salario indirecto que los trabajadores reciben en forma de prestaciones sanitarias, educativas y asistenciales. Las y los empleados españoles cobran cada año menos a final de mes y pagan cada vez más por la energía y por servicios que hasta ahora eran costeados por las políticas redistributivas del Estado. Más aún quienes han perdido su trabajo e incluso su prestación por desempleo. Y esto tiene consecuencias ciertas: los recursos disponibles por la mayor parte de las familias para destinarlos al consumo siguen decreciendo y la fractura social se hace cada vez más evidente. ¿Es a esto a lo que bobaliconamente se referia Rajoy cuando hablaba este domingo del milagro español que atraía a nuestro país a masas sin cuenta de estudiantes erasmus europeos? Hay que ser muy cínico... o rematadamente estúpido.


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