21 enero 2013

La inanidad de Rajoy

Hace cuatro días que supimos de la cuenta suiza de Luis Bárcenas y sus 22 millones. Cuatro días también desde que comenzó a hablarse de que había aprovechado la amnistía a los defraudadores fiscales de Montoro para regularizar parte del botín. Tres días ya desde que nos contaron lo de los millones de euros ensobrados y repartidos mensualmente durante décadas entre los jefes del PP. Hoy sabemos que Bárcenas comparte fortuna y negocios en Argentina con otro extesorero de la derecha, Ángel Sanchís, que lo fue en tiempos de Rosendo Naseiro. El ex diputado nacional de ese partido, Jorge Trías, reconoce hoy también públicamente la existencia de los sobres y del reparto. Y de Rajoy sólo hemos escuchado su farfullante "¡sí hombre!" dicho con insultante ironía el sábado ante la prensa y algunas referencias difusas ante sus fieles en un discurso leído en Almería. Si el presidente del Gobierno y del partido involucrados en este escándalo mayúsculo no comparece hoy ante los medios de comunicación y ante la ciudadanía para dar explicaciones evidenciará con gravedad incontrovertible su incapacidad para liderar el país, su falta total de empatía y su inanidad más absoluta. No puede este hombre y quienes le rodean exigir sufrimiento a los ciudadanos para superar los tiempos que vivimos mientras se esconde parapetado en las trincheras de La Moncloa y huye del clamor del pueblo. Todo esto no es ajeno a la depravación moral que vive el PP valenciano desde hace lustros. Es una misma cosa. La misma incapacidad, en Madrid y en Valencia, para dar explicaciones, pedir perdón y poner a los corruptos a disposición de la Justicia. Son los jueces, los medios y la oposición quienes están abriendo en canal el cuerpo putrefacto y corrompido del principal partido político de este país. Rajoy allá y Fabra aquí mudos, incapaces, ausentes, quizás porque no saben, muy probablemente porque no pueden.


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