Ayer miércoles, poco después de enterarnos de que Luis Bárcenas, tesorero durante años del PP con Aznar y Rajoy, había acumulado 22 millones de euros en una cuenta suiza presuntamente vinculados a Gürtel, aquí tuvimos noticia de que el fiscal pide 11 años de prisión para la ex consellera de Turismo Milagrosa Martínez por su implicación con la misma trama corrupta. La misma pena pide también el fiscal para su jefe de gabinete, Betoret el de los trajes, y para varios altos cargos de la Agencia Valenciana de Turismo. Para la ex consellera Angélica Such, nueve años de inhabilitación para ocupar cargos públicos. Una vez más la Justicia marca la agenda del president Fabra. De nuevo el Molt Honorable ha llegado tarde para tomar medidas contra los corruptos. El PSPV, como el resto de la oposición parlamentaria, lleva meses exigiendo a Fabra que aparte a sus imputados de Les Corts para ganar credibilidad en su pretendida voluntad de acabar con la corrupción. Pero es evidente que el president no tiene capacidad ni decisión para hacerlo. 11 años de prisión para la que fuera, no lo olvidemos, durante cuatro años presidenta de Les Corts Valencianes, a lo que añade el fiscal 34 años de inhabilitacióñn. Un escándalo mayúsculo que ilustra la falta de escrúpulos y la miseria moral del partido que durante 17 años lleva gobernando con poder absoluto nuestra tierra. Y una nueva oportunidad perdida para Alberto Fabra, rehén de sus propios fantasmas.
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