24 noviembre 2007

Svetlana

Publicado en Mediterráneo en noviembre de 2007.


Svetlana dijo no. Quería ser libre para decidir su futuro y el de su hijo. Dijo no a la indignidad del dolor callado. Alguien decidió arrebatarle la vida, quizás un tal Ricardo (o Juan, o Andrés, o Carlos… qué más da). “Antes muerta que con otro”, debió pensar el desgraciado. Svetlana murió el pasado lunes en Alicante. Había venido desde Rusia para construir su proyecto de felicidad en nuestra tierra. Como muchas otras mujeres. Y aquí murió porque un hombre no quiso que viviera su vida.

La lucha contra el terrorismo machista está siendo larga, dura y difícil. Es la lucha de la decencia y de la dignidad de una sociedad que se rebela contra la intolerancia, contra la violencia, contra la desigualdad. Es la lucha de la gente de bien contra tantos machos prepotentes que matan, vejan o insultan a “sus” mujeres. Porque hemos de saber que detrás de cada Svetlana muerta hay muchas que ven morir día a día sus ilusiones, sus sentimientos, su humanidad. Muchas mujeres que viven sometidas al terror de quien dice quererlas.

No hay atajos. No hay soluciones fáciles. La violencia sobre la mujer es la expresión más dura y visible de la discriminación, de la situación de desigualdad que imponen las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. Es la violencia física, pero también la violencia verbal. Son los estereotipos que convierten a la mujer en un objeto de usar y tirar. Es ese entramado de convenciones sociales y culturales que convierten en normal lo que es aberrante.

El terrorismo machista, de alta o de baja intensidad, perdurará mientras no quebremos el armazón sobre el que se sustenta: la desigualdad de género. Esta es la cuestión. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tiene esa convicción. Por ello ha puesto en marcha durante esta legislatura el más ambicioso proyecto a favor de la igualdad real de hombres y mujeres que nunca se ha impulsado en España. La ley de medidas de protección integral contra la violencia de género y la ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres constituyen la punta de lanza de las políticas de igualdad promovidas por el Ejecutivo socialista. Y junto a ellas hay un sinfín de iniciativas que nos permitirán ir removiendo los obstáculos que se oponen a la efectiva igualdad entre unos y otras.

Algunos han dicho de este compromiso de Zapatero con la igualdad que es muy radical. Por supuesto, claro que es radical. No lo duden. Es radical porque va a la raíz del problema. Porque quiere sentar las bases de otro modelo de relación entre los hombres y las mujeres de este país. Porque quiere que nuestros hijos y nuestras hijas conozcan una sociedad de iguales en la que la diferencia no suponga discriminación. Porque no puede aceptar que el 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, sea una fecha perdida en el calendario.

Muchas mujeres llevan mucho tiempo luchando para ello, dentro y fuera del movimiento feminista. Y a ellas, sin duda, les debemos lo ya conquistado. Pero me atrevo a decir que esto no es sólo una cuestión de mujeres. Muchos hombres queremos también luchar junto a ellas. Su causa es la nuestra porque es la causa de la dignidad, de la libertad y de la igualdad. Créanme, es un camino largo pero es un camino sin marcha atrás.

12 noviembre 2007

La doctrina Acebes

Publicado en Mediterráneo en noviembre de 2007.

El pasado miércoles fue uno de esos días reconfortantes. He de confesarles que me emocionó escuchar en la voz del presidente del tribunal la sentencia sobre el 11M. Recordé las imágenes del dolor y de la indignidad de aquellos días fatídicos de 2004. Las víctimas y la solidaridad de un pueblo que supo estar a la altura de las circunstancias. Ahora tengo la convicción de que la sociedad española y sus instituciones son más fuertes que entonces; nuestro Estado de Derecho ha sabido gestionar con madurez ejemplar la peor afrenta que ha sufrido desde el restablecimiento de la democracia.

El proceso judicial nos ha confirmado lo que la mayoría pensábamos y ha mostrado hasta qué punto están algunos dispuestos a llegar con tal de derribar el Gobierno progresista de España. Los que eran responsables de la seguridad del Estado en marzo de 2004 han dedicado todo su esfuerzo durante estos tres años y medio a proclamar la infamia. Dijeron que el Ejecutivo de Zapatero estaba sustentado sobre 200 cadáveres, para negarle la legitimidad que se ganó en las urnas. Humillaron a Pilar Manjón, la madre coraje que simboliza el desgarro vital provocado por el fanatismo yihadista. Han mentido hasta la náusea desde el mismo 11M para negar la evidencia.

Ya ven, siempre tan dados a ocultar el pasado. No les gusta nada que la gente de este país tenga memoria. Ahora, a cinco meses de las elecciones llegan hasta a negarse a sí mismos. Dicen que ellos nunca dijeron lo que todos les hemos oído decir sobre el 11M. En fin, ahí están los archivos periodísticos. Y ahí está la memoria que ellos quieren silenciar. Es la doctrina Acebes: mentir, mentir y mentir para sembrar el desasosiego, la desconfianza y la insidia entre la ciudadanía con la finalidad de que no prospere un nuevo proyecto de modernización y progreso en España. Lo de menos es el beneficio de la gente y la legitimidad democrática; lo de más es, otra vez, mantener el poder en manos de los de siempre a cualquier precio.

Es su forma de hacer y entender la política, en Madrid y aquí. Vean, si no, lo que están haciendo y diciendo los jefes locales de la derecha con el tema del agua. Llevan años reclamando el trasvase que ellos fueron incapaces de poner en marcha mientras detentaban los gobiernos español y valenciano y controlaban las instituciones provinciales. Tenían todo el poder en sus manos para hacerlo, pero no pudieron, no supieron o no quisieron hacerlo. Y ahora niegan la legitimidad del Gobierno socialista para impulsar y desarrollar las soluciones que considera adecuadas para poner fin al déficit hídrico de nuestra tierra.

Da igual que estemos avanzando en el sentido correcto. Da igual que estemos construyendo ya las infraestructuras que nos permitirán en muy poco tiempo disponer de toda el agua que necesitemos para nuestro desarrollo futuro. Eso, de nuevo, es lo de menos. Ellos siguen a lo suyo: la bronca permanente y el follón continuo. Porque saben que el tiempo corre en su contra y que cada nuevo hectómetro cúbico de agua que ponemos a disposición de los castellonenses ahoga su mensaje victimista.

Ellos saben mejor que nadie que el trasvase del Ebro hasta Almería no se va a hacer. Ni ahora ni cuando vuelvan a La Moncloa. Es otra más de sus mentiras. Por eso, mientras aquí cuelgan pancartas, en Madrid retiran del debate de los Presupuestos su enmienda reclamando el trasvase. Puro teatro.



Humillado

Publicado en Mediterráneo en noviembre de 2007.

Va a resultar que a estas alturas el partido de Aznar, Acebes y Rajoy se lamenta de no poder hacer lo que hace el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Fíjense, si no, en lo mal que están llevando el tema del viaje real a Ceuta y Melilla. Pudieron hacerlo durante el aznarato; nada se lo impedía. Podrían haber promovido la visita de los Reyes a las ciudades autónomas. Pero no. Prefirieron mandar la Legión al islote Perejil, para después pedir a Collin Powell que intercediera ante Rabat para restablecer nuestras relaciones con los vecinos del sur. A esto llamaban “sacarnos del rincón de la historia”… y así ponernos en el primer plano de las Azores.

Y es que los aznaristas andan apenados. No les salen las cuentas por más empeño que pongan. Han abusado tanto durante estos años del insulto y de la insidia que han perdido los argumentos para criticar desde la razón y la mesura las iniciativas gubernamentales. Ahora buscan excusas para decir que ellos también lo hubieran hecho. Lo de Ceuta y Melilla. Y lo de las pensiones mínimas, las ayudas a la vivienda, la atención a los dependientes, el estatuto de los autónomos, el superavit presupuestario, las ayudas por hijos... y hasta el agua para todos. Todo lo hubieran hecho, pero no lo hicieron. No quisieron hacerlo en ocho años.

En ese laberinto siguen perdidos. Por eso suena a esperpento oír decir a su jefe que se siente humillado por haber repatriado a las auxiliares de vuelo desde el Chad en el avión de Sarkozy. ¿Cuál es el problema? ¿Que el presidente Zapatero no se fotografió con las piernas tendidas sobre la mesa del presidente chadiano antes de traerse a las azafatas? ¿Que no compareció en la rueda de prensa con Sarkozy hablando español con acento francés? Sí, debe ser eso. O, tal vez, que no recurrió a inventar armas de destrucción masiva ocultas bajo las haimas del desierto para amenazar con una invasión que liberara a nuestras compatriotas. A veces se nos olvida que hubo un presidente del Gobierno de España que creía que eso era hacer alta política.

No hay manera de que asuman que las cosas se pueden hacer de otra manera. No pueden admitir que, en democracia, la eficacia de un Gobierno no se mide por el tono chulesco de sus declaraciones sino por su capacidad para garantizar derechos a una ciudadanía responsable. En esa dialéctica estamos instalados. De un lado, un Gobierno que asume sus responsabilidades, que da explicaciones a la gente, que busca nuevos espacios para la convivencia y el progreso, que construye futuro. De otro, una derecha perdida en el marasmo de sus fantasmas familiares, víctima de sus propias mentiras, cegada por un resentimiento enfermizo.

Miren, las sociedades democráticas se construyen con el concurso de todos. La España de hoy es como es porque todos hemos contribuido a su prosperidad y a su progreso social. Y cada Gobierno, en cada momento, aporta un nuevo impulso catalizador de las aspiraciones y capacidades de los ciudadanos. Esta es la legitimidad de la democracia. Quien no quiere entender esto, quien se empecina en negar esa legitimidad aun a costa de debilitar las instituciones y quebrar la convivencia termina por enfrentarse a todos por todo. Sobre eso deben reflexionar algunos, por el bien de este país.

27 octubre 2007

El primo y el cambio climático

Publicado en Mediterráneo en octubre de 2007

Ha dicho el primo de Javier Brey que lo del cambio climático no es para tanto. Que hay otros problemas más importantes en el mundo y que esto es cosa de cuatro iluminados científicos de pacotilla. No hubiera pasado nada si el primo de este catedrático de Física Teórica regentara una tienda de abanicos en Sierpes, dicho sea con todo respeto a los comerciantes de esa preciosa calle sevillana. El problema es que este primo se apellida Rajoy Brey. Sí, es el ciudadano Mariano Rajoy, el del vídeo con ínfulas reales.



Para el primo del catedrático sólo hay un motivo para la desazón: que España sea cada vez más moderna, más competitiva y más tolerante. Todo lo demás importa poco, porque él está a lo que está. Lo del cambio climático, como lo de la dictadura franquista, es una nimiedad. Qué más da. Es como aquello de los “hilillos de plastilina” del Prestige, ¿se acuerdan? Lo dijo el primo, con la misma solvencia que dice todo lo que dice. Hay que reconocer que no tiene suerte el señor Rajoy, a pesar del empeño que le pone. Esta misma semana, coincidiendo con las ocurrentes “bromitas” (Esperanza Aguirre dixit) de don Mariano, el reciente Nobel Al Gore ha recorrido España divulgando los efectos del cambio climático. Y un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, avalado por 400 expertos de todo el mundo, ha vuelto a recordarnos que vamos por muy mal camino.

Miren, en los últimos años cientos de organizaciones científicas de todo el mundo nos están alertando de las consecuencias traumáticas que para nuestra forma de vida puede tener el calentamiento global. No se trata sólo de preservar nuestro patrimonio natural, ni de salvar esta o aquella especie viva. Los estudios científicos confirman los negros presagios que muchos intuíamos desde hace tiempo: si no somos capaces de racionalizar nuestro modelo de crecimiento basado en la depredación masiva de los recursos naturales nos esperan profundas transformaciones económicas, sociales y medioambientales.

Por supuesto que no es este el único problema que debemos abordar. Ya lo sabemos. Que se lo pregunten a los miles de hombres y mujeres mutilados en sus cuerpos y en sus conciencias por el desastre que llevaron a Irak los autoproclamados profetas de la libertad. O a las víctimas del ébola y del sida en el África subsahariana. O a los desplazados por la guerra en Darfur. O a los náufragos de mil vidas que malviven en nuestra sociedad opulenta.

Pero el cambio climático es un reto global. Nos afecta a toda la humanidad y al conjunto de ecosistemas que conforman la riqueza vital de nuestro planeta. Es una amenaza para quienes hoy vivimos y para quienes lo harán en el futuro. Y ante él sólo caben dos actitudes: afrontarlo desde la serenidad, pero sin dilación, con soluciones audaces y comprometidas como está haciendo el Gobierno de España; o esconder la cabeza y esperar a que escampe, con la ilusa esperanza de que nuestra placentera prosperidad no sucumba ante el chapapote de la catástrofe.

Lamentablemente, el ciudadano Rajoy y los suyos se han vuelto a poner en el lado oscuro. Es cierto que no están solos, pero me temo que esas compañías no son las más recomendables para quienes aspiran a liderar una sociedad decente.

26 octubre 2007

Desmemoriados

Publicado en Mediterráneo en octubre de 2007

Hacía un tiempo que el señor Mayor Oreja estaba alejado de la primera línea del fuego populista. Tal vez la caída libre de Rajoy en la valoración de propios y extraños y el regreso de Rato le hayan espoleado para dejarse ver y oír, por si acaso. Esta semana nos ha aclarado que no piensa condenar el franquismo porque no fue para tanto: “hubo mitos infinitos”, dice al respecto.

Lápida en memoria de una víctima del
fascismo en Italia. Chianciano, la Toscana.
Agosto de 2006.
No es que me sorprenda. Al menos el señor Mayor ha expresado en público lo que otros líderes de su partido dicen vergonzantemente en privado. Pero, hombre, algo de falta de sensibilidad, de falta de respeto y de falta de memoria sí que parece que hay en esas declaraciones.

Ustedes lo saben tan bien como yo: la desmemoria es la mejor de las armas de la derecha española. Siempre quieren que olvidemos lo que no quieren que de ellos se sepa. No les gusta mirarse al espejo de la historia, no vaya a ser que se encuentren con demonios del pasado. Y ahora andan revueltos cual jinetes del Apocalipsis con el proyecto de ley de Memoria histórica. Quizás sea por aquello que dijera Orwell de que “aquel que tiene el control del pasado, tiene el control del futuro”.

Lo cierto es que otra vez se han quedado solos en el Congreso. Otra vez se han quedado al margen de la negociación de una ley que reconoce más derechos a más españoles. Porque, mal que les pese, ésta no será una ley hecha contra nadie. Ni es ni pretende ser un juicio sobre nuestro pasado colectivo; son los historiadores los que lo estudian, lo analizan y nos lo explican y no el Gobierno o el Parlamento.

El partido de la desmemoria haría bien en decirnos a todos a qué medida concreta del proyecto de ley se opone. ¿Acaso se niega a considerar injustas todas las condenas y expresiones de violencia personal producidas por motivos políticos o ideológicos, durante la Guerra Civil y la dictadura? ¿O a reclamar la rehabilitación moral de quienes sufrieron tan injustas sanciones y condenas? ¿O a que las Administraciones públicas faciliten a los interesados que lo soliciten la localización de miles de desaparecidos?

Esta ley no pretende penalizar a los castellonenses que abrazaron la dictadura por las razones que fueran. Ni siquiera a los que la alentaron y dieron pábulo a la represión. No, no se quiere abrir viejas heridas, como proclama Acebes; antes al contrario, se quiere cerrar las que otros provocaron. Es, en definitiva, la culminación de un proceso de reconocimiento y de reparación de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura iniciado en los albores de la Transición con la Ley de Amnistía de 1977. Y tengo el convencimiento de que cualquier ciudadano de buena fe coincidirá conmigo que es de justicia reparar públicamente el honor y la dignidad de quienes se vieron privados de su memoria y del recuerdo de sus seres queridos.

Déjenme terminar con una recomendación para los desmemoriados. Cuando tengan oportunidad visiten el Memorial de Caen, en la Normandía francesa. Un excelente monumento a la recuperación del pasado vivido por los europeos durante el siglo XX. Allí pueden encontrar una sección muy documentada sobre la Francia de Vichy, la del régimen colaboracionista con Hitler del mariscal Petain. Dudo que la sociedad francesa se sienta debilitada y amenazada en su identidad y en su autoestima por recordar y conocer el lado oscuro de su brillante pasado.

12 octubre 2007

Discurso con motivo de la celebración del día de la patrona de la Guardia Civil en Castelló de la Plana el 12 de octubre de 2007

José Manuel, amigos y amigas, permitidme que comience este parlamento con un recuerdo de emoción sincera. Hace ya tres meses, en Sant Mateu, la mirada triste y abatida de aquel niño y de sus familiares. Y el gesto contenido de muchos de vosotros esa tarde. Era el dolor por la pérdida de José Luis, muerto en la carretera mientras servía a la sociedad.

No tengo mejor forma de expresaros mi admiración y mi respeto que recuperar de mi memoria aquella tarde. Vuestro himno habla de valor, de lealtad, de firmeza, de amor; y eso fue lo que muchos vimos ese día de julio en vosotros. Gracias a José Luis. Gracias a cuantos formáis parte de esta Comandancia por estar siempre al servicio de la sociedad castellonense y por hacerlo con tanta generosidad. Y gracias, por supuesto, a las familias que dais aliento a estos hombres y mujeres ejemplares.

Han pasado casi 150 años desde que Miguel Moreno, primer capellán castrense del Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada de Valdemoro, colocara en su capilla una imagen de la Virgen del Pilar. Y más de 90 años desde que la Pilarica fuera declarada oficialmente patrona de este Benemérito Instituto.

A lo largo de este tiempo los españoles y las españolas hemos protagonizado un apasionante viaje en busca de más libertad, de mayor progreso y de mejores oportunidades. No ha sido fácil; nunca lo ha sido para ningún pueblo. Pero hoy nos sabemos y nos reconocemos como una nación pujante, abierta, dialogante y con pasión y vocación de futuro. Una nación de todos, que todos construimos día a día y por la que todos y todas trabajamos y luchamos. Es la España diversa, dinámica e integradora que hemos heredado de generaciones de hombres y mujeres que, antes que nosotros, lucharon por vivir con dignidad y en libertad.

En ese esfuerzo colectivo, la Guardia Civil ocupa un lugar de honor. Vuestro sacrificio y vuestra profesionalidad nos da más libertad, más seguridad y más confianza. Esto lo sabemos bien la gente de Castellón.

Este verano, vuestra presencia y vuestro buen hacer han desbaratado los planes criminales del terrorismo etarra. Lo hicisteis en Torreblanca. Aún recuerdo, teniente coronel, tus palabras serenas en el mediodía de aquel 19 de julio adelantándome lo que muy pronto se iba a confirmar.

Y lo volvisteis a hacer en les Coves de Vinromà. La imagen de devastación en aquel olivar no se me olvidará. Ni la expresión grave del teniente coronel Altamirano y del capitán Rico y de las decenas de hombres y mujeres que el Instituto desplegó inmediatamente en la zona. Vosotros, como nadie, sabéis del dolor que provoca la sinrazón y el fanatismo terrorista, venga de donde venga. Todos os estamos agradecidos.

El Gobierno de España sabe que la sociedad os admira y os quiere. Sabe que la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía estáis en la vanguardia de ese proyecto de construcción democrática que protagonizamos día a día los españoles. Por ello está empeñado en el reforzamiento y la modernización del servicio público policial.

A lo largo de esta legislatura que ya termina, el presupuesto destinado a la Guardia Civil se ha incrementado en más del 41 por 100, con un esfuerzo inversor sin precedentes. La Comandancia de Castellón es buena prueba de ello, como ya ha adelantado el teniente coronel. En tres años nuestra plantilla habrá crecido en más de 300 efectivos, lo que nos está permitiendo crear tres nuevos puestos principales y seis nuevos equipos de policía judicial en distintos municipios de la provincia.

Más guardias y con mejores infraestructuras. En los próximos meses estaremos en condiciones de licitar las obras de cinco nuevos acuartelamientos y se ha encauzado ya el proyecto de otros cuatro. Además de las obras de mantenimiento y modernización que, con la ayuda de la Diputación y los ayuntamientos, estamos llevando a cabo en el resto de casas-cuartel de la provincia.

A las infraestructuras físicas hay que añadir el gran esfuerzo que se ha realizado en la modernización del equipamiento técnico y tecnológico de la Guardia Civil en Castellón. Hoy disponemos de vehículos y embarcaciones adecuadas a las exigencias de una sociedad del siglo XXI. Y de instrumentos de seguimiento, control y coordinación muy eficaces en la lucha contra las nuevas formas de delincuencia y en la protección y salvaguarda de los derechos de la ciudadanía.

Todo ello nos ha permitido frenar decididamente el incremento de las tasas delincuenciales experimentado en los primeros años de esta década, trasladando a la sociedad castellonense un sentimiento de mayor seguridad y confianza en el servicio público policial.

Debéis sentiros satisfechos por el trabajo que estáis realizando. Los ciudadanos y las ciudadanas de esta tierra lo están. Sabemos que queda mucho por hacer, pero no dudéis de que el Gobierno tiene el convencimiento de que para progresar más y mejor España necesita de una Guardia Civil moderna, avanzada y eficaz. Por supuesto para garantizar la seguridad ciudadana. Pero no sólo para ello. Vuestro carácter de policía integral os convierte en referente en el conjunto de políticas de seguridad impulsadas por el Gobierno. Estáis ahí, trabajando para garantizar más seguridad vial, más seguridad medioambiental, más seguridad informática, más protección ante las catástrofes.

Hace apenas unas semanas lo demostrasteis ejemplarmente en el incendio de l’Alcalatén. 350 guardias civiles participasteis en los trabajos necesarios para proteger la vida de nuestros conciudadanos de les Useres, Costur, Alcora, Atzaneta, Llucena y Figueroles.

No quiero terminar esta intervención sin expresar mi gratitud a aquellas personas que han dedicado toda su vida al servicio público en el Instituto y que ahora se encuentran ya retirados o en la reserva. Estos veteranos son el espejo en que debéis miraros los guardias más jóvenes; su ejemplo, su experiencia, su profesionalidad y su dedicación deben serviros de guía en vuestra labor profesional.

A todos cuantos habéis sido condecorados, enhorabuena. Entended este acto como muestra de gratitud por vuestro compromiso con la sociedad. Al fiscal Arias y al inspector Mancebo, querido José Luis, llevad con honor la medalla que la Benemérita os ha entregado.

Éste, José Antonio, teniente coronel Altamirano, es un día del Pilar especial para ti. Pronto partirás hacia otro destino. Durante estos años hemos podido disfrutar de tu amistad y de tu entrañable discreción. Estoy convencido de que tu valía humana y profesional te convertirán en un excelente jefe de Comandancia allá donde vayas. Suerte y ánimo.

Recuerdo el día que Juan María Calles me confirmó la llegada de un nuevo teniente coronel a Castellón. Venía con acreditada solvencia policial y organizativa. Hoy, José Manuel, estamos recogiendo ya los frutos de tu probada capacidad profesional. Déjame reconocer públicamente tu lealtad personal e institucional y tu compromiso con esta tierra.

Voy a terminar ya agradeciendo a quienes hoy nos acompañáis vuestra presencia. Y a vosotros y vosotras, hombres y mujeres de la Guardia Civil, instaros a que perseveréis en la consecución del compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de proximidad y colaboración con la sociedad a la que servís.

Gracias a todos y a todas y buen día de la Pilarica.

06 octubre 2007

Lleguemos a la seguridad desde la educación

Publicado en Mediterráneo en octubre de 2007

El pasado martes celebramos con los funcionarios y funcionarias del Cuerpo Nacional de Policía de Castellón y Vila-real el día de los Ángeles Custodios, patrones de nuestra policía. Tuve ocasión de hacerlo en los distintos actos del día; y quiero hacerlo desde aquí públicamente: mi reconocimiento como representante del Gobierno de España y como ciudadano castellonense al esfuerzo diario que realizan los policías adscritos a la Comisaría Provincial para salvaguardar nuestros derechos y nuestras libertades. Es un honor para mí poder estar al frente de estos hombres y mujeres ejemplares que velan sin desmayo para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.

España ha cambiado, y su Policía también. Y gracias a la preparación y buen hacer de sus integrantes, y al esfuerzo realizado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para dotar con más y mejores medios a la Comisaría Provincial, los castellonenses tenemos en la actualidad un nivel razonable de seguridad, una vez superados los lamentables episodios de aquel trienio negro de 2001-2003, en el que recordemos, se produjeron más delitos que nunca en Castellón y Vila-real. Hoy las cosas han cambiado considerablemente, y aunque soy consciente de que la seguridad absoluta es imposible de conseguir, puedo decir sin temor a equivocarme que Castellón ha pasado a ser, en sólo tres años, una de las ciudades con menor índice de criminalidad de todo el arco mediterráneo.

Es sin duda, una gran noticia que todos deberíamos celebrar. La pericia de los funcionarios policiales, y el incremento de efectivos y de medios materiales y tecnológicos, han hecho posible un cambio, para cuya consecución, el actual Gobierno de España no ha escatimado esfuerzos, ya que ha incrementado considerablemente la plantilla de efectivos y el parque móvil dependiente de la Comisaría Provincial. Ya contamos con cerca de 300 agentes y con más de 70 vehículos, y gracias a la sensibilidad mostrada por el Ministerio del Interior, a principios de 2008 se licitarán las obras de la nueva Comisaría, y a lo largo del ejercicio se procederá al inicio de las obras. De esta forma, Castellón podrá disponer de unas instalaciones policiales de última generación, y olvidar para siempre la comisaría de la Ronda Mijares.

Me permitirán, también, apuntar algo que me parece fundamental: la política policial no es la única garante de la seguridad de los ciudadanos. Todo esfuerzo que se haga en este orden estará abocado al fracaso si no somos capaces de dotarnos de políticas educativas, penales, urbanísticas, sociales y redistributivas más eficacaces y más justas.

Como defiende Maurice Duverger, “Las sociedades no se pueden mantener nada más que por mecanismos de orden. Deben interiorizar este orden para que los violentos sean menos fuertes. Cuando no se cree en el sistema de valores, la sociedad no puede mantenerse nada más que por la Policía”. Por ello, todas las Administraciones públicas son corresponsables en el objetivo común de construir un futuro más seguro. La eficacia de nuestro servicio público policial es imprescindible, pero no suficiente.

Porque nuestros jóvenes están creciendo en una sociedad que no siempre es capaz de darles la mejor formación ni de garantizarles oportunidades para desarrollar un proyecto de vida decente. Hemos de trabajar intensamente para que los ciudadanos y ciudadanas de mañana sepan progresar en una sociedad auténticamente libre, en la que no haya lugar para el desarrollo de clichés aberrantes, y en la que no predominen el individualismo autista, la insolidaridad, el desprecio por el otro y los comportamientos violentos.

02 octubre 2007

Discurso pronunciado con motivo de la celebración del Día del Cuerpo Nacional de Policía en Castelló de la Plana el 2 de octubre de 2007

Jorge, comisario, gracias. Gracias a ti y a tu gente. Gracias a todos y a todas cuantos estáis adscritos a la Comisaría Provincial de Castellón por el trabajo que hacéis. Os lo digo como subdelegado del Gobierno de España, como funcionario público y, sobre todo, como ciudadano.

Hoy, por primera vez, tengo el honor de dirigirme a vosotros en la celebración del día de los Ángeles Custodios, patrones de la Policía. Y no os voy a negar la íntima emoción que siento. El trabajo sacrificado, vuestro esfuerzo, vuestra vocación de servicio. Tantas horas luchando para salvaguardar los derechos y las libertades de todos. Creedme al expresaros mi admiración y mi reconocimiento, y el de tantos ciudadanos y ciudadanas que ven en el Cuerpo Nacional de Policía la garantía de su seguridad.

Sabéis tan bien como yo que la nuestra es una sociedad compleja. Como lo son las sociedades de nuestro entorno socioeconómico. Estamos inmersos en el tránsito a nuevas formas de organización política, social y económica. Estamos viviendo el fin de las certezas con las que se organizaba el mundo hasta hace sólo dos décadas y apenas somos conscientes del alumbramiento de una nueva era.


Uniformes policiales. Museo de la Policía

En este tiempo de crisis están conformándose nuevos espacios de conflicto, nuevos comportamientos delincuenciales, nuevas amenazas a la tranquilidad y la seguridad de la ciudadanía. Por ello, aun asumiendo que ni esta ni ninguna, ni ahora ni antes, es ni será una sociedad absolutamente segura, hemos de esforzarnos desde el Estado por minimizar los riesgos a los que se enfrentan a diario los ciudadanos y las ciudadanas.

Así lo entiende el Gobierno del presidente Zapatero. Y por eso ha desarrollado en estos años un vigoroso programa de reformas que quiere dar mejores oportunidades, más derechos, más libertad y más seguridad a los españoles. En ese marco, el papel de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado es esencial.

En Castellón, el Cuerpo Nacional de Policía manifiesta esa convicción del Gobierno. Hoy la Comisaría Provincial cuenta con más y mejores medios humanos y tecnológicos y ha experimentado una profunda renovación organizativa. Contamos con cerca de 300 policías y más de 70 vehículos y estamos a la espera de que a comienzos de 2008 se liciten las obras del nuevo edificio que albergará la Comisaría en Castellón y se publique el nuevo catálogo de la plantilla policial.

El esfuerzo mantenido de los últimos tres años, unido al trabajo abnegado de los funcionarios y funcionarias dirigidos por el comisario Marti, nos ha permitido quebrar la tendencia ascendente de la criminalidad en las ciudades de Castellón y Vila-real. Hemos podido dejar atrás el trienio negro de 2001-2003 y abrir el camino hacia la estabilización y reducción de la actividad delictiva en el ámbito de competencia de la Policía Nacional.

De este modo, hemos pasado de 28 delitos por mil habitantes en 2003 a 24 en 2006, con una reducción del 10 por 100 de delitos en las cifras absolutas. Esta evolución ha ido acompañada de un incremento del 70 por 100 en el número de detenidos y la práctica duplicación de los datos de eficacia policial. Y como ya nos ha adelantado el comisario, la tendencia se mantiene en este año.

A ese trabajo en el ámbito de la seguridad ciudadana hay que añadir el esfuerzo extraordinario que están haciendo los funcionarios y funcionarias destinados a la unidad de Extranjería y Documentación, en condiciones que sé no son las más adecuadas ni para ellos ni para los ciudadanos. En los próximos meses entrarán en servicio las nuevas dependencias para la expedición del DNI electrónico.

A pesar de todo lo dicho, tengo el convencimiento de que no es la política policial la única garante de la seguridad de los ciudadanos. Todo esfuerzo en ese orden fracasará si no somos capaces de dotarnos de políticas educativas, penales, urbanísticas, sociales y redistributivas más eficaces y más justas. Permitidme aquí recordar estas palabras de Maurice Duverger: “Las sociedades no se pueden mantener nada más que por mecanismos de orden. Deben interiorizar éste orden para que los violentos sean menos fuertes. Cuando no se cree en el sistema de valores, la sociedad no puede mantenerse nada más que por la policía”.

Por ello todas las Administraciones públicas somos corresponsables en el objetivo común de construir un futuro más seguro. La eficacia de nuestro servicio público policial es necesaria, imprescindible para ello. Pero no es suficiente. Nuestros jóvenes están creciendo en una sociedad que no siempre es capaz de darles la mejor formación ni de garantizarles oportunidades para desarrollar un proyecto de vida decente. Crecen en un mundo de clichés aberrantes que promueven un individualismo autista que favorece la insolidaridad, el desprecio por el otro y los comportamientos violentos. Hemos de trabajar, todos y todas, para que los ciudadanos de mañana sepan progresar en una sociedad auténticamente libre.

Voy ya a terminar. En este acto me traicionaría a mí mismo si no expresara públicamente mi reconocimiento a Juanma Calles. Su empuje y su convicción durante los años en que ha ocupado el cargo de subdelegado del Gobierno en pro de un mejor y más efectivo servicio policial han sido decisivos.

Comisario, los hombres y mujeres que tienes a tu cargo son un ejemplo de responsabilidad y entrega. Ellos son los principales responsables de los éxitos obtenidos durante estos años contra la delincuencia. Seguiréis trabajando, día a día, para que no haya mujeres víctimas de la violencia machista ni inmigrantes explotados o discriminados. Para que el fanatismo terrorista no anide en nuestra tierra. Para que nuestros comerciantes se sientan seguros. Para que cualquiera de nosotros pueda continuar su vida en libertad. Gracias a todos y a todas por ello, y gracias a ti, Jorge, por tu compromiso con la ciudad y la sociedad castellonense.

Enhorabuena a los que hoy habéis sido condecorados. Vosotros personalizáis como nadie el espíritu de servicio, abnegado y anónimo, de la policía. Mi más admirado reconocimiento para vosotros y vuestras familias.

Termino. No puedo olvidar aquí a los compañeros y las compañeras que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Y a quienes sintieron el dolor y el desconsuelo de no verlos regresar a sus hogares. A todos, de corazón, muchas gracias.

26 septiembre 2007

Educación ciudadana

Publicado en Mediterráneo en septiembre de 2007

Hace tres años encontré en una librería francesa una novedad titulada Guide républicaine. Se trataba de una excelente colección de textos orientados a los estudiantes de enseñanza media sobre la idea y la práctica del republicanismo, del civismo, de la ciudadanía. Más allá de su interés intrínseco, llamó mi atención porque estaba expuesto en los anaqueles del escaparate como una publicación de éxito, algo difícilmente imaginable en nuestro país. También por estar avalado por el Ministerio de Educación francés y prologado por el entonces ministro François Fillon. Lo compré y lo tengo en mi mesa de trabajo, junto al Manual de civismo de Victoria Camps y Salvador Giner o la España civil de Gregorio Peces-Barba.

En aquel verano de 2004 no se había iniciado todavía la penúltima cruzada de la derecha española contra la anunciada voluntad del Gobierno socialista por introducir en el currículo escolar una asignatura para la formación de ciudadanos y ciudadanas libres y responsables. Pero no iban a tardar algunos en poner en marcha todo el poder mediático del guerracivilismo más rancio para combatir la enseñanza de los valores democráticos.

¿A quién puede molestar que una sociedad cultive su civismo? ¿Por qué ruge la caverna cuando se habla de enseñar los valores de la democracia? ¿A qué se refieren Rajoy y Acebes cuando dicen defender la Constitución mientras vociferan contra la educación para la ciudadanía? ¿Es que nuestra Constitución no habla de igualdad, de justicia, de responsabilidad, de derechos y deberes, de tolerancia, de convivencia, de participación? ¿Qué es, pues, lo que les asusta? Definitivamente, no pasan los años por esta derechona nuestra.

Es cierto que desde la LOGSE esos valores se incorporaron transversalmente a nuestros programas de enseñanza. Pero, como en muchos otros países europeos, el Gobierno ha creído necesario reforzar su presencia en el sistema educativo. Y esto no se hace en contra de nadie, sino a favor de todos. Porque a todas y a todos nos interesa que nuestros jóvenes interioricen la cultura del respeto, de la solidaridad, de la tolerancia y de la libertad. Para que España sea mejor y afronte los retos de la globalización en mejores condiciones.

Cuesta creer que destacados responsables institucionales de la derecha sigan llamando a la desobediencia contra la enseñanza de los valores constitucionales. Se ha dicho que enseñar los principios sobre los que se sustenta nuestro sistema democrático supone la vuelta a… ¡la escuela franquista! O que el Gobierno que lo promueve es… ¡la encarnación del mal! ¿Dónde estaban estos cuando la dictadura franquista castró intelectual y culturalmente a generaciones de escolares de este país? ¿Dónde estaban cuando los malos gobiernos franquistas arrebataron la dignidad a su pueblo?

En fin, a menudo tengo la impresión de que hay que seguir insistiendo en una verdad de Perogrullo: la España democrática, la España de la ciudadanía y de los ciudadanos es todo lo que negaba la España de la dictadura, mal que les pese a algunos. Por ello quiero que mis hijas aprendan más y mejor los valores sobre los que habrán de construir la democracia del mañana.

24 septiembre 2007

Discurso con motivo de la celebración de Nuestra Señora de la Merced en el Centro Penitenciario de Castellón en 2007

Tengo la satisfacción de dirigirme por primera vez a vosotros y a vosotras en el día de la celebración de la Merced… y me gustaría comenzar leyendo este testimonio:

“Era yo un chico de las calles y no fui a escuela alguna. Robé para subsistir y dormí en techos y subterráneos de la inmensa y salvaje ciudad de Nueva York. De haber permanecido en las calles no hubiera sabido quizá que rumbo tomar. Me sacaron de ellas, fui enviado a la cárcel, y he aquí que algo que la mayoría hubiera considerado una gran injusticia resultó ser lo mejor que pudo sucederme nunca. En la prisión no experimenté la absurda torpeza de la juventud; en ella tuve que tratar con hombres, (con tristes hombres), y con el tiempo (tres años en total), tiempo en que leí miles de grandes libros. Cuando abandoné el lugar a los 20 años de edad, era un autodidacta en humanidades. Esto no significa que la prisión sea un buen lugar, por supuesto. Cualquier puerta de hierro cerrada sobre un hombre es algo triste y terrible. Pero no está en mi idiosincrasia rechazar algo desagradable cuando ese algo, de alguna extraña manera me ha sido beneficioso.”

Estas palabras corresponden a Gregory Corso, quien a pesar de estar internado en instituciones de acogida y reforma desde los trece años, y de haberse criado sólo en las peores calles de Nueva York, tras su paso por la cárcel, abandonó su incipiente carrera como delincuente para convertirse en uno de los mejores poetas norteamericanos de la generación beat.

Queridos amigos, queridas amigas, el testimonio con que he abierto mi intervención recoge con claridad el sentido de la prisión, la razón de ser de vuestro trabajo.

Quiero agradeceros en nombre del Gobierno de España y de tantos Gregorys Corsos anónimos, para los que su paso por la prisión ha supuesto un cambio de rumbo radical en su vida, la extraordinaria labor que desarrolláis en las instituciones penitenciarias de nuestro país.

Sé que vuestro trabajo es a menudo ignorado por el resto de la sociedad. Sé que vuestro esfuerzo no siempre recibe el reconocimiento que merece. Pero quiero que sepáis que a vosotros y a vosotras os debemos que nuestra sociedad sea mucho más segura y mucho más decente. Gracias, por ello, por hacernos a todos más libres.

La eficacia de nuestro sistema penitenciario se fundamenta en vuestra profesionalidad y vuestro compromiso. Pero sería injusto haceros responsables únicos de su buen o mal funcionamiento. Y la Administración penitenciaria lo sabe bien.

Hace ya mucho tiempo que la influencia de Michel Foucault rompió con el panoptismo que había regido las prisiones de los países de nuestro entorno durante la primera mitad del siglo XX. En su Vigilar y castigar, el sabio francés puso radicalmente en cuestión aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas celdas. Y quebró el concepto de vigilancia radial, inspirador de nuestras viejas prisiones modelo, donde un vigilante observaba a multitud de reclusos sin ser visto ni mezclarse con ellos.

Foucault abrió paso a un sistema penitenciario más humano y más responsable, en el que el funcionario dejaba de ser mero vigilante para implicarse directamente en la vida del recluso, conociéndole, sabiendo de sus problemas y siguiendo la evolución de su conducta dándole los medios para que pudiera modificar su comportamiento.

Ahora estamos insertos en un proceso intensivo de socialización y personalización de las políticas penitenciarias que exigen de más y mejores recursos y de una creciente intervención de los agentes sociales en las estrategias de rehabilitación de la población reclusa.

Para ello vamos a seguir ampliando la oferta de programas específicos orientados a determinados tipos de delincuentes. Porque la sociedad precisa que su reinserción, una vez cumplida su condena, sea plena, dejando atrás los comportamientos delincuenciales por los que fueron privados de libertad.

Y continuaremos, asimismo, profundizando en todas aquellas medidas organizativas y tecnológicas que garanticen que quienes cumplen su pena fuera de la prisión lo hagan con las debidas condiciones de seguridad y contribuyendo convenientemente al bien común.

Todo ello requiere, amigos y amigas, del concurso decidido de instituciones, empresas y organizaciones sociales. Y sé que el trabajo impulsado desde la dirección de este centro en ese sentido ha sido encomiable. Hoy tenemos ya varios acuerdos de colaboración con ayuntamientos de la provincia, que ofertan puestos de trabajo para el cumplimiento de penas fuera de la prisión. Y contamos con la confianza y el apoyo decidido de numerosas empresas y organizaciones profesionales y de voluntarios sin las que la prisión no podría llevar a cabo muchas de las actividades rehabilitadoras actuales. A todos quiero trasladaros el agradecimiento del Gobierno. Vuestro compromiso es imprescindible para que nuestro sistema penitenciario sea eficaz.

Voy ya a terminar. La Merced de 2008 contará en nuestra provincia con un nuevo centro penitenciario. En el primer semestre del próximo año entrará en servicio el Centro Penitenciario Castellón II, que junto a los de Estremera en Madrid, Morón de la Frontera y el recién inaugurado del Puerto de Santamaría introducirán la red penitenciaria española en el siglo XXI. No son empeños aislados. El Plan de amortización y creación de centros penitenciarios 2006-2012 contempla la construcción de 14 nuevas prisiones, más de 30 centros de inserción social y cinco unidades para madres.

El Gobierno de España está comprometido decididamente en modernizar nuestro sistema penitenciario con el convencimiento de que así mejorará nuestra sociedad. Sé que los trabajadores y las trabajadoras de este centro estáis viviendo este proceso con un notable esfuerzo personal. Sé que, a pesar del esfuerzo sostenido de la Administración penitenciaria en estos últimos años, vuestras condiciones de trabajo son mejorables. Pero con la misma convicción os digo que el Gobierno no cejará en su apuesta por construir un sistema penitenciario que garantice vuestra plena realización personal y profesional.

Para concluir quiero personalizar mi admiración y agradecimiento hacia todos vosotros en los trabajadores a los que ahora se les hará entrega de las menciones honoríficas. Pedro, Isabel, Pedro Luis, Adolfo, Álvaro Ignacio. Gracias, muchas gracias. Representáis como nadie los valores de vocación y compromiso en los que creemos los servidores públicos. Enhorabuena por vuestros 25 años de servicio.

Muchas gracias

01 septiembre 2007

Alcaldes de l'Alcalatén

Publicado en Mediterráneo en septiembre de 2007


Era la media tarde del martes 28 de agosto cuando me confirmaron la gravedad del incendio declarado pocas horas antes en Les Useres. El fuego se había enrocado, había tomado vigor alimentado por el viento y el asfixiante calor ambiental. Toneladas de combustible vegetal estaban a su alcance en nuestros montes y barrancos para ser convertidos en cenizas. Sin quererlo, en muy pocas horas, l’Alcalatén se convertiría en portada de los noticiarios de todos los medios de comunicación.

Les Useres, Costur, Atzaneta, l’Alcora, Llucena, Figueroles. Miles de hectáreas del corazón castellonense se cubrieron de tonos grises. Les confieso que aún ahora, una semana después, siento el olor de la tierra quemada. Pero más allá de la catástrofe, el fuego de l’Alcalatén me ha enseñado el valor y la fuerza de la gente, la solidaridad y el sentimiento de comunidad. Fue admirable el trabajo de cuantos participaron en las tareas de extinción, desde los técnicos del puesto de mando hasta los cientos de bomberos, brigadistas, guardias civiles, pilotos y militares que se jugaron la vida para combatir el fuego. A todos ellos debemos estarles enormemente agradecidos.

Pero me van a permitir que no insista en cuántos recursos ni en qué estrategia se siguió para reducir el incendio. Los medios de comunicación lo han glosado reiteradamente estos días y no haría aquí más que cansarles si lo hiciera de nuevo. Me interesa más destacar un aspecto sobre el que no se ha escrito tanto, que ha aparecido con mayor discreción en la prensa. Quiero expresar mi reconocimiento al arrojo, a la capacidad de liderazgo y al compromiso de los alcaldes de los municipios afectados.

Veo ahora los ojos enrojecidos de Delia Valero, la alcaldesa de Les Useres, al recibirme aquella tarde. Su pesar por el dolor de sus vecinos y su fuerza para darles ánimos y para organizar la intendencia. Ella y su gente estuvieron siempre allí, alentando a quienes venían del frente de fuego y preparando cafés, bocadillos, refrescos…

Recuerdo también la expresión inquieta y preocupada del alcalde de Atzaneta, Ximo Escrig, y su continuo ir y venir. Estuvo alerta en todo momento y junto a sus vecinos cuando el incendio cubrió de desolación sus tierras. Él temía, mucho antes de que ocurriera, lo que acabó ocurriendo.

Y Gonzalo, Gonzalo Centelles, casi tres décadas luchando día a día por su pueblo. El jueves por la mañana, después de la noche terrible en que Costur vio las llamas en sus calles, su alcalde acudió al puesto de mando lleno de dolor físico y moral. Sus manos tiznadas de negro y la mirada dura de quien llora la desgracia de su gente.

Los tres fueron ejemplo de servicio y de entrega a sus pueblos. Como Vicent Nebot, de Llucena. Sabía la batalla que estábamos librando; lamentablemente no era su primer gran incendio. Y, por supuesto, estuvo también ahí. Y facilitó con todos los medios a su alcance la instalación en su pueblo del puesto de mando la noche del jueves.

No olvido la voz angustiada de Javier Peris al otro lado del teléfono cuando las llamas se acercaban a la Foia, en l’Alcora. “Las veo llegar”, me decía, “las veo llegar, ya están aquí”. Él también estaba junto a su gente, como siempre. Y Luis Gregori, el alcalde de Figueroles.

Delia, Ximo, Gonzalo, Vicent, Javier, Luis. A todos muchas gracias por saber liderar, por saber luchar, por saber escuchar. Gracias por darnos este ejemplo de lealtad y compromiso.






26 julio 2007

Las actas del descrédito

Publicado en Mediterráneo en julio de 2007

¿Pueden ustedes imaginar que en el Parlamento británico el líder de la oposición reclamara al primer ministro las actas de las conversaciones con el IRA para usarlas como arma electoral? Yo no. Ni en Alemania, ni en Francia. No puedo imaginar que en esos países se exija al jefe del Gobierno demostrar su inocencia frente a lo que dicen los terroristas. No, no puedo imaginar que allí el líder del principal partido de la oposición de más crédito político a los terroristas que al jefe del Gobierno. Tristemente esto está sucediendo en España.

El señor Rajoy-Acebes-Zaplana ha dado esta semana un paso más en su viaje de no retorno. Tal vez quiso hacer un alarde ante sus tropas para reforzar su posición frente al camarada Rato. Tal vez. Pero tengo para mí que estos excesos no agradan a la ciudadanía. Porque difícilmente puede gustar a la mayoría quien es capaz de vender la dignidad del Estado y de la democracia por un plato de votos.

No habló de nada más. ETA, ETA y más ETA. Ese fue su discurso. No habló ni del crecimiento económico, ni del mercado laboral, ni de los derechos sociales, ni de las pensiones, ni de la seguridad vial, ni de infraestructuras, ni de tantos y tantos temas que ocupan a diario a los españoles y a las españolas. Sólo habló de ETA; y lo hizo para culpabilizar al Gobierno, para deslegitimar al Gobierno, para condenar al Gobierno. ¡Menos mal que estos tres años han sido el período de tiempo en el que hemos sufrido menos atentados etarras de los últimos 40! Menos mal.

Por ello no puede extrañarnos que muchos se hayan sentido hartos de tanta deslealtad y de tanta desmesura. Y es que, muy a pesar de los de la gaviota, el Gobierno de Zapatero ha hecho muchas otras cosas, además de explorar (como hicieron todos los gobiernos anteriores) la rendición negociada de ETA y de perseguir policialmente a sus comandos.

Esto lo saben los ciudadanos castellonenses. Lo saben los 45.000 trabajadores autónomos de nuestra provincia, que han visto cómo este Gobierno ha impulsado una ley que les ofrece más y mejores derechos, como la baja por enfermedad y accidente, la percepción del desempleo o la jubilación anticipada. Lo saben las mujeres de esta tierra, que con la Ley de Igualdad podrán avanzar decididamente hacia la igualdad real y combatir con fuerza la discriminación por razón de género.

Lo saben, así mismo, miles de pensionistas de Castellón beneficiarios de pensiones mínimas, que han visto cómo éstas han subido el 25 por cien en menos de tres años. O los 15.000 castellonenses dependientes y sus familias, que tienen por fin garantizado su derecho a una vida digna con la Ley de Dependencia. Y los miles de trabajadores y trabajadoras que han sido contratados indefinidamente en aplicación de la reforma laboral; también los que perciben el salario mínimo interprofesional, que ha subido más del 15 por cien en lo que llevamos de Legislatura.

Más derechos y más bienestar para una España más solidaria y mejor preparada. Ese es nuestro proyecto de futuro. Porque este Gobierno sólo es reo de su compromiso con el progreso y la libertad de los españoles. Y así seguirá siéndolo, aunque esto les resulte insoportable a don Mariano y a sus corifeos

14 julio 2007

Colaborar para mejorar

Publicado en Mediterráneo en julio de 2007.

Hace unos días me reuní en la Subdelegación del Gobierno con la dirección de Aerocas para determinar las necesidades en materia de seguridad del futuro aeropuerto de Vilanova. Fruto de ese encuentro, que daba continuidad al propiciado hace un año por Juan María Calles, fue la creación de un grupo de trabajo conjunto que fijará las infraestructuras que precisan la Guardia Civil y la Policía Nacional en el recinto aeroportuario.

Es este un buen ejemplo de cooperación administrativa. Porque las distintas administraciones deben colaborar con lealtad para resolver con eficacia las demandas y las necesidades de ciudadanos y ciudadanas. Y mal haremos los responsables públicos si anteponemos con deslealtad nuestros intereses personales o de partido a los intereses generales de la ciudadanía. Así lo entiende, al menos, el Gobierno de Zapatero.

Lamentablemente otros no comparten esos principios. No voy a insistir en la actitud del Ayuntamiento de Castellón respecto de la N340 o de la Comisaría de Policía. Se ha escrito ya demasiado sobre eso. Ni voy a referirme al bochornoso episodio de la concejala Gallén, cuestionando la profesionalidad y la honorabilidad de nuestras Fuerzas Armadas en el acto de la arriada de bandera en la Comandancia Naval del Grao. Esto queda en el ámbito de lo grotesco y no merece mayor atención.

Estos días estamos teniendo conocimiento de otro ejemplo manifiesto de deslealtad entre administraciones: la actitud del Govern de la Generalitat respecto de la desaladora de Torrevieja. De nada ha servido que el Tribunal Supremo haya dado la razón a la empresa pública Acuamed en el impulso del proyecto que había sido paralizado por el Consell. Camps sigue, erre que erre, poniendo impedimentos a una infraestructura que permitirá cubrir las necesidades de agua de la Vega Baja del Segura. Ese es su estilo: cuanto peor, mejor. Ya lo demostraron, hace dos años, con el bloqueo del convenio para la construcción de la desaladora de Oropesa.

No sé si ustedes coincidirán conmigo, pero no creo que esto sea gobernar con buen juicio. El partido de Acebes y Aznar mantiene su cruzada particular contra todo aquello que discrepe de su forma de ver y entender el mundo. Ya saben: “antes rota que roja”. Lo cierto es que el PP, al asumir la deslealtad como principio de su relación con el Gobierno de España, está transmitiendo a la sociedad una imagen tremendamente negativa. Y de ello se hacen eco, uno tras otro, los distintos sondeos de opinión.

Miren, el barómetro de julio del Centro de Investigaciones Sociológicas es así de contundente: el 50 por 100 de los encuestados considera malo o muy malo el trabajo del PP en la oposición. Más aún, sólo un 14 por 100 cree que la labor de los populistas en la oposición es buena o muy buena. Y en lo que se refiere a la confianza que inspira el señor Rajoy, la misma contundencia: 75 de cada 100 españoles desconfían del jefe del PP, y a sólo 23 les inspira confianza. Por eso no es de extrañar que los ciudadanos aprueben al presidente Rodríguez Zapatero frente al deficiente 3,8 de don Mariano, por detrás de Gaspar Llamazares o de Josep Antoni Duran i Lleida

Esto es lo que hay. Los ciudadanos terminan por hartarse de tanta deslealtad, de tanto juego sucio y de tanto desvarío político.

26 junio 2007

El mundo al revés

Publicado en Mediterráneo en junio de 2007

La semana pasada, en este mismo espacio, el señor Martínez Capdevila firmaba un artículo en el que me acusaba de abandonar mis obligaciones como subdelegado del Gobierno de España en Castellón para dedicarme a ser comisario político socialista en la provincia. Tengo que reconocerles que admiro la capacidad de abstracción del vicepresidente en funciones de la Diputación. Me alegro de que, a pesar de los pesares, mantenga sus recursos discursivos.


No voy a responder aquí a cada uno de los argumentos del alcalde de la Vall d'Alba. Forman parte del tan cansino estilo populista: hacer ver que hacen lo que dicen para ocultar lo que realmente hacen. Es el abc de la propaganda política más rancia; sin duda, en esto, son unos maestros.

“El Gobierno de Zapatero nos quita el agua”, dicen. Desde luego no será la que nos trajo el Gobierno de Aznar en sus ocho años de gestión. Ni una sola gota de agua, ni un centímetro de trasvase, ni un euro para su financiación. Parece que nos hemos olvidado de que en 2004 nuestro principal embalse, el de Arenós, sólo podía almacenar una sexta parte de su capacidad por no haber hecho las obras que se necesitaban para evitar el corrimiento de las laderas. Hoy hemos solucionado el problema.

“El Gobierno de Zapatero nos niega el AVE”, dicen. Pero bueno, si en ocho años no fueron capaces de poner en servicio ni un solo kilómetro de AVE en toda España, ¡ni uno solo! Y en nuestro AVE a Madrid, sólo habían metido las máquinas en siete de los 430 kilómetros de trazado y no sabían cómo iban a cruzar Valencia. Por no hablar del corredor mediterráneo: en junio de 2003, cuando el grupo de trabajo de la Comisión Europea dirigido por Loyola de Palacio lo excluyó de las redes transeuropeas de transporte ningún responsable del PP dijo nada, ni en el Gobierno, ni en el Consell, ni en la Diputación ni en los ayuntamientos.

“El Gobierno de Zapatero nos ha traído la inseguridad”. En fin, eso dicen quienes saben perfectamente que el trienio 2001-2003 fue el peor de la provincia en datos absolutos de criminalidad y en dotación policial. Pero insisten, una y otra vez, en negar la evidencia. Tal vez para ocultar que en ocho años no pudieron inaugurar ni un solo cuartel de la Guardia Civil; o que no consideraron necesaria una nueva comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Castellón.

Lo cierto es que uno acaba pensando que lo que realmente les gustaría es que este Gobierno no trajera ni agua, ni AVE ni policías ni guardias civiles. Lo que realmente quisieran es que las cosas fueran de otra manera. Simplemente les molesta que un Gobierno socialista esté decidido a resolver los problemas reales de la gente de Castellón.

Recuerden: tratan siempre de aparentar lo que no es. Lo hacen aquí y en Madrid. Ahora están instalados en que Zapatero quiere una segunda Transición. Dicen que ha roto los consensos de la primera. ¿Saben ustedes quién se había propuesto hace años hacer una segunda Transición? Pues el mismísimo José María Aznar. Tanto que publicó en 1994 en Espasa-Calpe un libro titulado España: la segunda transición, en el que exponía sus propuestas políticas. Y ahora, 13 años después, acusan al presidente Zapatero de querer hacer lo que ellos planeaban hace tanto tiempo.

No hay límite. El señor Rajoy-Acebes-Zaplana y los suyos están dispuestos a llegar hasta donde haga falta. Lo tienen bien acreditado.

12 junio 2007

Cuánto tiempo más

Publicado en Mediterráneo en junio de 2007

Hace dos veranos crucé el canal de La Mancha entre Calais y Dover. Lo hice con un ferry. Al final no me decidí a cruzar por el túnel bajo el mar. Me lo propuse años antes, y también desistí. No sé. Me causa cierta intranquilidad meterme en un túnel bajo miles y miles de toneladas de agua. Lo cierto es que se trata de una obra de ingeniería admirable; de una complejidad fácil de imaginar: tres túneles de 50 kilómetros para unir Gran Bretaña al continente europeo. ¿Saben cuánto tiempo transcurrió desde la elección del proyecto de construcción hasta su inauguración? Ocho años.

Ese tiempo es justo la mitad del que ha pasado desde que se empezara a proyectar la ronda de circunvalación de Castellón. Fue en 1991 y en 16 años sólo hemos conseguido construir tres cuartas partes de nuestra ronda. No hablo de la de Barcelona, ni de la de París. Hablo de la circunvalación de Castellón de la Plana.

Permítanme que les refresque la memoria: en 1991 ni siquiera estaba en servicio el AVE Madrid-Sevilla, todavía existía la Unión Soviética y no había televisiones privadas en España. Es que hace mucho tiempo… ¡y no sabemos todavía cuándo estará cerrada esa ronda esencial para facilitar la movilidad de nuestra gente!

Es solo un ejemplo de la incapacidad de los gobernantes populistas para atender sus obligaciones con la sociedad a la que dicen servir. Saben ustedes que hay muchos más. El otro día recordaba otro caso este mismo diario: hace ya casi 10 años (sí, sí: ¡diez años!) que se puso en marcha el proyecto para construir la carretera entre Cabanes y Oropesa por el Desert de les Palmes. Hace ya tanto tiempo que entonces todavía no se había oído hablar del AVE Madrid-Comunidad Valenciana. Era la época en que Aznar hablaba en catalán en la intimidad y ETA era el “movimiento vasco de liberación”. ¿Recuerdan? Hoy seguimos sin carretera: ¿creen ustedes que debe ser más complicado construir ese vial que unir Francia e Inglaterra bajo el mar? Yo, francamente, tengo la intuición de que no.

Por no hablar del aeropuerto, cuya construcción va a costar mucho más tiempo que la gran ampliación de Barajas, con la T4 y el edificio satélite incluídos. O de la declaración de impacto ambiental del tramo de la A7 desde Vilanova d’Alcolea hasta la provincia de Tarragona, imprescindible para que el Ministerio de Fomento pueda ejecutar las obras necesarias para concluir la gran autovía que cruce la provincia de norte a sur. O de la solución al contencioso entre la Generalitat y los ayuntamientos de Castellón y Benicàssim para definir el trazado de la variante de la N340. O de tantos viales de titularidad autonómica que siguen condenados al sueño de los justos.

Por eso produce vergüenza ajena escuchar a quienes han sido tan manifiestamente incompetentes para cumplir con sus responsabilidades, insistir una y otra vez en que el Gobierno de Zapatero ha abandonado a Castellón. Sé que lo dicen sin creerlo; ellos saben bien que no es cierto. Pero es su estrategia contumaz para hacer ver lo que no es.

Ya sé que algunos dirán que es una estrategia electoral exitosa. Yo creo que no, porque tarde o temprano los ciudadanos y las ciudadanas descubren el engaño. Y ellos lo saben; por eso esta alocada huída hacia adelante para ocultar cuanto hace el Gobierno de la nación por los hombres y las mujeres de Castellón.

19 mayo 2007

Diez millones

Publicado en Mediterráneo en mayo de 2007.

Diez millones de litros al día. Esa es la cantidad de agua que brota de los dos nuevos pozos abiertos por la Confederación Hidrográfica del Ebro en Els Ports. Agua de calidad. Y agua para siempre, si somos capaces de gestionarla con racionalidad.

El pasado jueves tuve la satisfacción de acompañar a los alcaldes de Morella y Forcall en la reunión que mantuvimos con el presidente de la Confederación del Ebro, José Luis Alonso, y con el director de Aquamed, Adrián Baltanás. En Zaragoza, Ximo Puig y Santi Pérez solicitaron la tramitación de la concesión administrativa que otorga la Confederación para el uso de esos pozos y pidieron de Aquamed celeridad en la construcción de la red de distribución que permita llevar el agua hasta los usuarios. Más de 8.000 personas de una quincena de municipios se verán beneficiadas.

Es, sin duda, una noticia excelente, por más que a algunos les duela que el compromiso del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con Castellón y sus gentes siga concretándose cada día. Creo que es bueno recordar que el trasvase ideado por el partido de Aznar-Acebes y reclamado aquí por los Camps, Fabra y compañía no dejaba ni una gota de agua en Els Ports. ¡Ni una sola gota de agua para la comarca históricamente con mayores restricciones en el uso del agua!

A veces lo fácil no es sinónimo de lo bueno ni de lo mejor. Aunque se pretenda vender con costosísimas campañas de propaganda a cargo del erario público. La ciudadanía termina por descubrir, más pronto que tarde, que tras el márquetin está la nada y que es necesario apostar por políticas audaces y con visión de futuro para resolver los problemas que condicionan nuestro desarrollo.

Y así ocurre con la cuestión del agua. Como hemos visto en Els Ports. O en el embalse de Arenós. Esta misma semana tuve la oportunidad de ver sobre el terreno el efecto de las obras de emergencia acometidas por la Confederación Hidrográfica del Júcar en nuestro mayor embalse. Hacía muchos años que desde la Puebla de Arenoso no se veía el agua embalsada. Los deslizamientos detectados en la ladera que sustenta el pueblo obligaron a reducir a un sexta parte la capacidad de almacenamiento, poco más de 20 hectómetros cúbicos.

Arenós tiene un valor estratégico en la provisión de agua para los campos y las ciudades de La Plana. Por eso la Confederación abordó con urgencia hace dos años y medio las actuaciones necesarias para restablecer la plena operatividad del embalse. Y esto nos ha permitido contar ya con 60 hectómetros cúbicos embalsados en estos momentos, que podrán llegar hasta los 90 una vez culminada la segunda fase de las obras que comenzará en los próximos meses. Más agua y más seguridad para las personas.

En esa línea vamos a seguir trabajando. Como hicimos con las compuertas de Algar. Y como estamos haciendo con los trabajos para la recarga de acuíferos en el Belcaire, o con los nuevos pozos de Vilanova d’Alcolea y Canet lo Roig, o las desaladoras de Moncofa y Oropesa, o la modernización de regadíos de La Plana. Porque estamos convencidos de que es posible otra forma de gestionar nuestro recurso más esencial. Porque sabemos que nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos y nuestras hijas depende de que aprovechemos el agua de que disponemos con sentido común y con racionalidad.